" La chimenea era la visión
que tenía frente a mí.
Mis ojos se encendían con el fuego
que alumbraba la habitación.
Mientras las llamas iluminaban
los rincones de la sala,
los rincones de mi alma
se iluminaban con el recuerdo de un amor.
Las sensaciones de mi cuerpo físico
acariciadas por la brisa del fuego,
se unían a los sentimientos
que ardían por mis entreñas.
Las sensaciones bellas e iluminadas
por momentos de amores fugaces,
sorprendían mi mente viajera
por senderos de amores vividos.
El calor seguía adornando
las mejillas de un hombre sediento
por las vivencias de sentimientos pasados,
desvalidopor amores perdidos.
Aquella mirada fugaz,
acompañada por las fuerzas de unas llamas,
se perdía por la noche de unos años
que desterró los sueños de amores incompletos.
Solo estaba frente al fuego,
solo estaba en el mundo.
Simplemente resucitaban unos instantes
de verdaderos amores inacabados.
Ángel Sanz
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