Muchas veces no es necesario pararse a mirar el camino, muchas veces basta con tirar adelante, muchas veces no hace falta ni fijarse en quién te guía... basta con dejarte llevar, basta con seguir el sendero que te va marcando cada instante... basta con confiar en que el destino marcado es el adecuado, saber de antemano que tires por donde tires al final acabarás allí, en buena compañía y con todo un mundo de momentos por vivir... Siempre se ha dicho que las cosas que no se planean son las que mejor salen, y yo no puedo estar más de acuerdo... por miles de razones, por miles de veces, por miles de historias, por la experiencia vivida... No hay nada que dé más coraje que, por cualquier motivo, dejar de hacer algo que realmente te apetece, y que llegado el momento ese motivo desaparezca, con lo que te quedas con las ganas, sin razones y con la frustración por compañera... Yo siempre he sido más impulsivo que racional, más lanzado que previsor, más l...
oco que cuerdo... y la verdad es que no me puedo quejar del resultado... sólo espero que el karma no esté acumulando motivos para darme la del tigre cualquier día de estos, para devolvérmelas todas juntas... A fin de cuentas, el mérito o la culpa no son míos... ha sido la vida quien me ha puesto a muy buena gente en mi camino, quien me ha servido en bandeja ofertas irrechazables, quien me ha enseñado a dejarme guiar por lo que me apetecía en cada momento y no dejar pasar ni una oportunidad... En cualquier caso, es verdad que uno no siempre puede hacer lo que quiere, que uno no siempre es dueño de sus actos... pero la mayoría de las veces el truco está en saber diferenciar el puedo del debo y en no dejar que el quiero te ciegue...
De Historias de la Alameda
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