Voy a hacerte feliz. Sufrirás tanto
que le pondrás mi nombre a la
tristeza.
Mal contrastada, en tu balanza empieza
la caricia a valer menos
que el llanto.
Cuánto me vas a enriquecer y cuánto
te vas a avergonzar
de tu pobreza,
cuando aprendas -a solas- qué belleza
tiene la cara amarga
del encanto.
Para ser tan feliz como yo he sido,
besa la espina,
tiembla ante la rosa,
bendice con el labio malherido,
juégate entero
contra cualquier cosa.
Yo entero me jugué. Ya me he perdido.
Mira si mi
venganza es generosa.
Antonio Gala
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